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Enkarterri: plan variopinto entre boinas y estalactitas

Hace escasos días decidimos pasar el día por Enkarterri, todo un planazo porque además, aunque daban lluvia, el tiempo respetó nuestro txikiplan, y lo pasamos bomba. La idea era visitar el Museo de la Encartada, comer en Balmaseda y conocer las Cuevas de Pozalagua, que aunque parezca mentira, no las conocíamos.


Antes de entrar al museo, como íbamos con tiempo, aprovechamos a que corretearan un poco y jugaran en los columpios de fuera.


Y ya en el museo de boinas nos enseñaron toda la fábrica y nos explicaron toda la historia de la industria textil hasta finales del siglo pasado, una actividad bastante rara en Euskadi, donde se apostó por otro tipo de industria. Quizás por eso nos pareció más especial si cabe.


Fue muy interesante conocer cómo se fabricaban txapelas y mantas hasta 1992 en Balmaseda, y hasta pusieron en marcha toda la maquinaria para que viéramos cómo funcionaba todo.


La verdad es que íbamos con la idea de ver boinas y poco más, y la visita fue realmente interesante. Después de ver máquinas enormes, muchas de ellas llegadas a finales del siglo XVIII de plena revolución industrial inglesa, así como la casa burguesa que hay en la planta alta de la fábrica (algo que a los txikis les suscitó un interés extra…y es que entendieron “casa hamburguesa”…), pudimos ver un vídeo en el que se explicaba todo el proceso de producción. Se puede elegir el vídeo explicado para txikis y para adultos, y tanto en euskera como en castellano. Vimos el vídeo de txikis en euskera y la verdad es que explica bastante bien el proceso.


El personal que nos atendió fue súper atento y profesional, y una cosa súper importante… nos confirmaron que Olentzero es cliente VIP y que pasa cada año por allí a renovar su txapela! ¿Os imagináis que nos lo llegamos a encontrar?

Después de la visita comimos en Balmaseda y pasamos un buen rato jugando en los columpios de Santa Clara, un parque temático donde los columpios recrean un pueblo medieval. Con castillo y todo! Están frente al Hotel San Roke. ¿Qué no conocéis estos columpios? Pues ya estáis tardando, porque son una pasada!!! Eso sí, con la tirolina no sabemos quiénes se lo pasaron mejor.. si los txikis o los aitas!! Bueno… sí lo sabemos, sí!!


Y después de jugar un rato en este parque, al que tenéis que ir, nos fuimos a las Cuevas de Pozalagua, unas cuevas chulísimas que no conocíamos, y mirad que las tenemos cerca!!


La carretera para llegar se hace complicada y con paradas necesarias (al menos en nuestro caso) para que los txikis no se mareen, pero merece la pena. Pasamos por el Karpin y unos pocos kilómetros más adelante por fin ya llegamos! La visita dura 45 minutos y tienen un precio de 7 euros para adultos y 4 para txikis.


Dentro de la cueva no se puede hacer fotos, así que la que veis la hemos cogido de la página web de Diputación para que os hagáis una idea de cómo son por dentro. Tampoco se pueden usar linternas, así que nuestros txikiexploradores, aunque iban muy bien preparados, las guardaron en sus mochilas sin rechistar.

Si os preguntáis si se puede ir con niños pequeños, os decimos que sí, incluso con sillas o coches, pero con algún apunte que os contamos. Durante todo el trayecto se va por una pasarela habilitada, pero hay un par de tramos de escaleras que tendréis que subir las sillas a pulso, incluso un tramo que deberéis subir en volandas la silla durante medio metro porque la pasarela se estrecha y la silla no cabe. Nosotros lo hicimos con silla y la verdad es que no es tanto trastorno como pueda parecer leyendo esto.


Si aún os sobra tiempo, podéis acercaros a la salida del Centro de Interpretación que hay frente a las cuevas, desde donde hay unas vistas de todo el valle realmente preciosas.


¿Qué os parece nuestro txikiplan para estos días que tenemos por delante? A ver si os animáis y luego nos contáis si ha merecido la pena o no. A nosotras, desde luego, el plan nos encantó!

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