A unos 70 kilómetros de Burdeos encontraréis esta maravilla natural, la duna más grande de Europa, de 100 metros de altura.
No hay que pagar entrada, es gratis, tanto para subir a la duna como para aparcar (muy bien organizado). Ojo, hay un parking gratuito, más alejado y pequeño, y hay otro, el más grandote, que no.
En los meses de primavera-verano ponen una escalera para acceder a la cima, pero podéis subir por cualquier otro sitio y así evitar la cantidad de gente que hay ahora en verano.
Desde arriba, disfrutad del contraste entre la inmensidad azul del mar a un lado y el verde del bosque al otro.
Si podéis, aprovechad a ver anochecer y se os quedará grabado para siempre.
En la zona de aparcamiento tenéis baños y casetas para picar algo o comprar souvenirs
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