Desde aquí nos sumamos a este unánime rechazo que cada vez deja a más niños y niñas huérfanos de madre. O de padre, insistimos. O a aquella que aunque no mate, es con la que deben convivir muchos txikis a diario en sus casas, tanto si es física como verbal.
¿Qué culpan tienen los hijos e hijas? ¿Por qué deben afrontar su futuro, su educación, su vida… de una manera diferente al resto de sus compis de clase? No es justo. No lo es. Nada justifica semejante atrocidad.
Por eso, tanto si son madres, padres, solteros, casadas, separados, con hijos o no… qué más da la condición!! No, no y no. Absolutamente nada lo justifica.
Que nadie robe ni enrarezca a nuestros enanos y enanas su infancia; ni a nuestras amatxus o aitatxus su ilusión por seguir haciendo planes con los txikis. No sería justo.
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