Trabajando en este objetivo, el sábado nos montamos un súper "txikiplan lector" y nos fuimos a un cuentacuentos que ofrecía gratuitamente la maravillosa librería Sopa de Sapo de Indautxu. Recomendado para niños y niñas de dos a seis años, estábamos seguros de que a la mayor le iba a gustar y, a su vez, teníamos cierta curiosidad por ver lo que hacía la pequeña. Pues... ¡les ha fascinado! ¡a las dos! Han estado la mar de formales, casi sin pestañear y muy, muy atentas a los cuentos que narraba Anabel Muro.
El primero que ha contado ha sido "Cuando a Matías le entraron ganas de hacer pis en la noche de reyes" de Editorial Kalandraka. Una historia muy apropiada para estas fechas y que les ha acercado a este acontecimiento tan especial para ellos y que está tan cerca.
En el segundo cuento, de la misma editorial, el protagonista era un lobo.... y ¡poco más puede decir amatxu! Al ver que las peques estaban tan concentradas en la narración, ha aprovechado para dar una vuelta por la librería y hacer unas compritas para Reyes de última hora. La verdad es que tienen maravillas... ¡nos lo llevaríamos todo si pudiéramos!
Al terminar el relato, Anabel Muro ha animado a los txikis asistentes a hacer un dibujo y la idea también les ha encantado. Han pasado un rato de lo más entretenido y salían muy contentas con sus "obras de arte". "¿Os ha gustado venir, lo habéis pasado bien?", les hemos preguntado. "¡¡¡Siiiiii!!!", era su respuesta con una amplia sonrisa que revelaba lo mucho que habían disfrutado. "Amatxu, en un cuento salía un lobo...", decía la peque de dos años. Nos ha encantado comprobar que se había "quedado" con algo de la historia.
Por todo esto repetiremos. En próximos cuentacuentos que preparen en Sopa de Sopa y también en los que organizan en las bibliotecas municipales de nuestros pueblos. Es una experiencia que aconsejamos a todos los aitas y amas. ¿Por qué? Pues porque en nosotros recae directamente de acercar a los txikis a la lectura y esta es una manera genial de hacerlo.
La narración de un cuento es una actividad muy amena en la que aprenden a concentrarse. Las historias potencian su imaginación, creatividad, curiosidad, mejoran su expresión oral y potencian su memoria. Se relacionan con otros niños, aprenden valores, se estimula la relación con los adultos a través de la figura del narrador. Y, por supuesto, uno de los aspectos que nos parecen más importantes es que les motiva a coger un libro para vivir en primera persona historias como la que les están contando.
¿Os parecen pocos los beneficios que les aporta una iniciativa tan sencilla como esta? Si tenéis la oportunidad, no dejéis de disfrutar de momentos como este junto a vuestros hijos e hijas.
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