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Sencilla y divertida actividad otoñal

¡Ha llegado el otoño! Los días se hacen más cortos, comienza a hacer frío y los árboles empiezan a teñirse de marrón, perdiendo poco a poco sus hojas. Una gran ocasión para salir con nuestros txikis a los parques, montes y bosques del entorno a pasar una bonita y divertida jornada en familia.

Hoy os proponemos una actividad exterior muy, muy sencilla con la que los peques se lo pasarán en grande, rodeados de naturaleza y ejercitando su creatividad. Para realizarla sólo necesitas una cartulina grande o varios folios blancos unidos, rotulador, pinturas de colores, pegamento, tijeras y una cuerda o goma elástica.

Dibujamos sobre el papel un típico árbol otoñal, con las ramas desnudas. Coloreamos el tronco y el suelo de hierba sobre el que crece, algo más o menos así:


Como veis, en la parte superior central hemos hecho un pequeño orificio con ayuda de las tijeras. Por ahí pasaremos nuestra cuerda o goma elástica, de forma que cuando salgamos al parque podamos sujetarla a algún tronco real. Una vez allí nuestra misión será vestir de hojas el árbol que hemos dibujado en casa, utilizando para ello el pegamento. Animaremos a nuestros peques a recoger todas las hojas que puedan, mejor si son de diferentes colores, tamaños y formas. También decoraremos la base del tronco con briznas de hierba. El resultado podría ser este:


La actividad se puede completar y desarrollar de mil formas diferentes en función de la edad de los txikis. Los más pequeños, por ejemplo, disfrutarán con el sencillo juego de recolectar hojas para pegarlas luego a su árbol, creando un colorido collage. Si tenemos hijos algo más mayores, podemos intentar diferenciar especies de árboles que hay por la zona a través de las hojas que hemos recolectado, estudiando sus diferentes características.

Si queremos un juego más elaborado, podemos incluso escribir alguna palabra en las hojas para hacer una segunda parte de la actividad: escribir deseos y pegar las hojas con una pequeña cantidad de pegamento de barra, dejando que el viento otoñal despegue las hojas de nuestro árbol y se lleve con ellas nuestros deseos para hacerlos realidad; o vestir nuestro árbol con buenos propósitos de los peques, aitas y amatxus, escogiendo en este caso cola blanca para fijar bien las hojas al papel. Otras opciones pueden ser crear un calendario casero, poniendo tantas hojas como días falten para ese día que ellos tanto esperan, escribir números o letras en las hojas para practicar cálculo o lectura, escribir una palabra/nombre en las hojas como regalo de manualidad para esa persona que tanto queremos...


En fin, las posibilidades son incontables y su único límite es nuestra imaginación. Es una actividad sencilla y divertida, con la ventaja de que nuestros peques se divertirán en familia, aprendiendo y en contacto con la naturaleza que nos rodea.


Una colaboración de Iñaki Bilbao para Bilbao Txiki

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