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Hondarribia con txikis

Hondarribia es uno de los pueblos más bonitos de Euskadi y teníamos pendiente esta visita desde hace tiempo. Sabíamos que el tiempo iba a acompañarnos el fin de semana así que decidimos animarnos y enseñarle a las txikis esta maravilla de lugar. Como veis aquí abajo, la primera toma de contacto es ya 😍


Nuestra excursión empieza con la visita a su casco viejo amurallado, que se encuentra en la parte más alta del municipio. Es un paseo repleto de encanto en el que vamos a destacar varios elementos que no podéis pasar por alto. Hay dos entradas principales: la de Santa María y la de San Nicolás, que es desde donde mejor podemos ver la muralla.


Comenzamos a disfrutar de este conjunto medieval sin poder dejar de admirar todos los rincones que ante los ojos se muestran. Cualquiera de sus calles empedradas es realmente preciosa, pero hacemos una mención especial a la Plaza de Armas, donde se encuentra el antiguo castillo de Carlos V, que ahora es un parador.


Y muy cerquita de aquí se encuentra  la Plaza Gipuzkoa, que también se merece una parada porque es una auténcia maravilla. ¿No os parece?


Después del casco viejo, nos dirigimos hacia el barrio de la Marina, otro de los grandes atractivos de Hondarribia. Es la típica zona de pescadores, con sus tradicionales casas de colores y casi todos los balcones con flores. Además, es el sitio idóneo para tomar algo, hay muchos bares con pintxos riquísimos y gran ambiente.


Y mientras llegaba la hora de comer, hicimos un poco de tiempo acercándonos al paseo marítimo. Magníficas vistas, el agua, los barcos, Hendaia justo en frente...


Por recomendación de una amiga, elegimos para comer el restaurante "La Hermandad de los Pescadores" y decir que también fue todo un acierto. La comida estaba buenísima y además tuvieron el detalle de obsequiar a nuestras peques con unas láminas para pintar con las que estuvieron entretenidas un buen rato.


Para rematar nuestra excursión... ¿cómo no íbamos a coger el barquito que pasa a Hendaia? A las txikis les hacía una ilusión tremenda y aunque el horario era un poco ajustado ya, pues eso, que no les pudimos decir que no. El viaje dura tan solo diez minutos (lo disfrutaron a tope, tanto la ida como la vuelta) y luego allí nos acercamos a ver la playa, que también les gustó un montón.


Y con esto dimos por finalizada nuestra escapada  a Hondarribia, un planazo redondo para hacer en familia por primera vez y también para repetir!!!

Escapada a Baiona, la excursión que siempre triunfa

Durante estas pasadas Navidades hemos pasado unos días, incluyendo Nochevieja y Año Nuevo, en una ciudad a la que le teníamos muchas ganas desde hace tiempo. Veníamos viendo fotos idílicas, llenas de luces y adornos navideños y lo teníamos en la recámara para hacer un año de estos… y este ha sido el año.


Baiona es una ciudad (aunque parezca un pueblo por su tranquilidad) que nunca defrauda, en ninguna estación del año, pero sin duda, si es una excursión que queráis hacer una vez al año, la volveríamos a hacer en Navidad. Si durante el año es preciosa, en fechas navideñas, ¡el encanto es exponencial!


A poco más de hora y media por autopista nos plantamos en Baiona. Alquilamos un apartamento (Cosy appartement), que os recomendamos sobre todo para familias. Tenía de todo, en un espacio reducido y muy bien ubicado.

Hablábamos antes del encanto de Baiona en Navidad… En fechas navideñas tiene instalada una noria (5 euros el viaje para adultos y 3 para niños), así como mercados navideños de comida, artesanía, juguetes… y barracas (2,5/3 euros el viaje).


La programación se difumina a lo largo de sus calles. Una amplia agenda de cosas para hacer en diferentes puntos. Por toda la ciudad encontraréis carteles con la información de todo lo que ofrecen sus calles durante esos días, con un mapa indicando las zonas y actividades que podéis hacer en cada sitio, que por cierto… todas son gratuitas (a excepción de las barracas que os contábamos antes)


Además también cuenta con talleres infantiles, actividades de ocio como juegos de toda la vida junto al mercado, caballos de madera… y una pista de hielo (5 euros con patines, media hora), que aunque es pequeñita y no es de hielo, sirve para pasar un rato agradable patinando. También hay paseos en pottokas y exposición de estos animales tan de Iparralde, pero solo durante las vacaciones escolares, así que nosotros no llegamos a verlas…  


Otros de los atractivos es que durante las fechas navideñas hay varios días en los que lanzan farolillos al cielo. Una oportunidad de dejar volar los nuevos propósitos que le pedimos al nuevo año o de mandar lejos todo lo malo que nos haya dejado el viejo año. No nos coincidió esta suelta ningún día, así que... ¡tenemos excusa para volver estas próximas navidades!

Nuestros días fueron muy tranquilos, disfrutando de toda la programación y de los encantos que las calles de Baiona tienen, visitando la catedral, que es preciosa y muy recomendable; las tiendas, que son la perdición; el mercado de abastos, que aunque pequeño es una pasada de bonito y con productos riquísimos –ya sabéis, queso y patés, indispensables...


Quizás queda un poco lejos de aquí a Navidad, pero si vais poniendo propósitos en vuestra lista de cosas a hacer en 2020, sin duda, una escapada a Baiona en Navidad tiene que estar en ella, porque lo vais a gozar… y los y las txikis, ni os contamos!

P.D. 1: A tener en cuenta: la OTA es bastante cara, pero hay aparcamiento gratuito a las afueras y autobuses eléctricos gratuitos que te acercan al centro.

P.D. 2: De camino a casa, nos desviamos un poco del camino para hacer una visita a Espelette, un pueblo que es precioso y donde podréis comprar pimiento, pimento, chocolate con pimentón y todo lo que os podáis imaginar relacionado con el pimiento!